Muchas veces hemos hablado del orgullo que sentimos hacia el olivar andaluz, el fruto del esfuerzo de incontables generaciones y personas, quien con cariño y esfuerzo han logrado convertir su trabajo duro en el mayor bosque humanizado del planeta.

Si somos más concretos, hemos de hablar si o si de las provincia de Jaén, compuesta por 64 millones de olivos plantados. En total sería más de medio millón de hectáreas, convirtiendo a la provincia de Jaen en la mayor productora de aceite de oliva a nivel mundial.

Es imposible no pisar Andalucía y sentirse impresionado por el precioso paisaje del Olivar Andaluz, un mar verde que nos convierte en el pulmón de España. Y no es menos, ya que la producción de un litro de aceite de oliva genera aproximadamente 1,5 kilos de CO2, pero en cambio, el olivar es capaz de observar hasta 11,5 Kilos de CO2 por cada litro de aceite producido. Si restamos bien, podemos ver el balance positivo que el olivo aporta a nuestro planeta.

La variedad más abundante en la provincia de Jaén es la Picual, aunque claro está que se cultivan otras variedades como Arbequina, o Frantoio.

 

La expansión del aceite de oliva proviene de Asia, no obstante fue en España, gracias a os romanos, que llevaron el olivo a todas sus colonias entre ellas la Bética, donde se encuentra la actual provincia de Jaén. Por lo que Jaén lleva 2.000 años siendo el centro de la producción de aceite de oliva a nivel mundial.

Todo esto ha provocado que la economía, cultura, gastronomía y personalidad de los jiennenses haya girado siempre alrededor del olivo. No obstante, en estos últimos años este preciado tesoro poco a poco esta comenzando a peligrar, sobre todo debido a que el precio del aceite de oliva. Los ingresos obtenidos cada vez son menores, y la ola de calor vivida en este verano de 2022 esta comprometiendo más la producción de aceite, obligando a muchos agricultores a dejar aquello por lo que han vivido toda su vida.