Nos pasamos  horas y horas hablando y pensando en el delicioso aceite de oliva que tanto amamos y consumimos, pero a veces debemos de ver todo con más perspectiva, desde la raíz, es por ello que hoy hablaremos del olivo, más concretamente de las posibles enfermedades  que este árbol puede experimentar. Como bien sabéis, para que el aceite de oliva sea de máxima calidad y su producción sea la correcta, el cuidado del olivo es fundamental. Para ello debemos de saber cuales son las enfermedades que más pueden hacer peligrar al árbol, y tratar siempre de prevenirlas, o en el peor de los casos, erradicarla una vez haya nacido. Por ello haremos una pequeña lista mencionando aquellas más importantes.

Repilo (Cycloconium oleaginea)

 

Empezamos con una de las enfermedades más comunes y que afecta a gran cantidad de  plantaciones. El Repilo, o tamién conocido como ojo de gallo. es una enfermedad que provoca una defoliación procoz del olivo, lo cual significa una caída prematura de las hojas de los árboles. Esto afecta seriamente  a la producción y debilita los olivos a largo plazo. Esta enfemerdad actua principalmente en las hojas, y con menor frecuencia a su fruto.

Los síntomas más característicos son unas manchas circulares y oscuras, en ocasiones son un halo amarillento a su alrededor. El desarrollo de la enfermedad provoca que las mancas vayan adquidieron un c olor más negro, hasta el punto que envejecen totalmente a la hoja.

En lo que se refiere al fruto (a la aceituna) la infección ataca sólo al pedúnculo, donde se pueden observar manchas oscuras de forma alargada; esto provoca la aparición de arrugas en el fruto, que se seca y finalmente se desprende del árbol. Cuando la aceituna se cae, queda acompañada del pedúnculo, posibilitando de este modo tipificar el repilo como la causa de la caída del mismo.

Las infecciones directamente en la aceituna no son muy frecuentes. Cuando se producen, los frutos comienzan a presentar deformidades, ya que las zonas afectadas por el hongo presentan graves faltas de crecimiento. No obstante el mayor problema de este organismo es su gran resistencia, sobreviviendo incluso en hojas caídas.

Actualmente, un tratamiento con fungicida es el único método eficaz para controlar el reptilo, aunque haya ciertas medidas que pueden contribuir a reducir su incidencia, estas podrían ser podas selectivas, el uso de abonos evitando el exceso de nitrógeno o la retirada de las hojas enfermas a final de primavera.

 

Verticilosis (Verticillium dahliae)

 

En este caso, estamos hablando de un patógeno que penetra desde el suelo, entrando desde las raíces de la planta, hasta llegar al sistema vascular de la planta. Lo que provoca esta enfermedad es que las plantas enfermas se acaben desfoliando y cayendo al suelo. Una vez están en el suelo, se descomponen comenzando así de nuevo el proceso infeccioso. Es una enfermedad muy difícil de erradicar o incluso prevenir, ya que el verticillium tiene la capacidad de sobrevivir en el suelo del olivar durante años, superando condiciones ambientales y biológicas muy desfavorables para su crecimiento. Otro motivo por el cual su erradicación se complica, es que no solo afecta al olivar, sino que hay un gran número de especies que pueden sufrirla. Por último, al ser infectados por las raíces, preverla o tratarla a tiempo es  bastante complicado.

Desde Aires de Jaén, siempre recomendamos que se hagan medidas preventivas para que esta enfermedad no afecte a la producción. Estas medidas podrían ser analizar el suelo de forma constante, emplear variedades tolerantes al hongo, evitar contacto con plantas o materiales contaminados o susceptibles de contaminarse, etc

Pero no siempre se puede actuar a tiempo, por lo que los métodos para controlar la verticílosis serían eliminar las ramas sintomáticas, la solarización y la aplicación de enmiendas orgánicas que liberen sustancias tóxicas para el patógeno.

 

¿Os ha parecido interesante? Si es así, os traeremos una segunda parte con más enfermedades del Olivo, para que siempre estéis preparados para todo-.